¿Dónde se originan los pensamientos y cómo nos afectan?

Nuestros pensamientos se forman a partir de aquello que dejamos ingresar a nuestra mente. Si queremos tener pensamientos luminosos y que ésto sea siempre así, tenemos que estar atentos.

La mente es como un ordenador que procesa la información que viene impulsada de algún centro, que puede ser el corazón o nuestra personalidad influenciada por los egos, por nuestras debilidades. La mente procesa ese impulso energético y busca ordenarlo inteligentemente para llevarnos a realizar un movimiento de la manera más ordenada posible. Entonces ahí entra la inteligencia.

No estamos acostumbrados a distinguir de dónde viene ese impulso. No es lo mismo si viene del corazón, donde hay un orden equilibrado y luz siempre presentes, a que venga de nuestra personalidad, en donde el deseo se manifiesta, se expresa y vive sin control. Donde la luz está siempre encendida, las cosas son claras y evidentes, más allá del dolor que pueda esto ocasionar. Donde hay oscuridad hay mucha confusión, duda e incertidumbre que se generan por la ignorancia que existe dentro de nuestra propia personalidad.

La mente, no está a favor del corazón ni de la personalidad.

La mente es simplemente el ordenador que procesa. Le cargamos la información para que ejecute un trabajo o un movimiento, porque si no pensamos, no nos podemos expresar ni poner el cuerpo a disposición para crear. Lo positivo y negativo no es bueno ni malo, son simplemente cargas energéticas que uniéndose a través del amor generan luz. No hay mal en la negatividad ni bien en la positividad. Donde hay inconsciencia, la energía negativa está más cercana a tener relación con el mal, pero no es concretamente el mal.

La energía negativa siempre nos estará acompañando a lo largo de nuestra vida, porque se desprende de todo aquello que está en descomposición; y en nosotros, a medida que el tiempo pasa, hay descomposición presente. Si estamos trabajando para ser cada día más conscientes, para traer más luz a nuestra vida y vamos combatiendo la oscuridad, la ignorancia que está en nosotros, se generan cambios en lo físico concreto y también en los vehículos más sutiles de expresión.

La mente toma el impulso que proviene de algún centro y nosotros le damos forma inteligente, generando así el pensamiento.

En el corazón hay un recinto sagrado en donde aún se conserva la pureza original, pero también hay mucha contaminación, porque a través de los tiempos hemos vivido el amor de una manera muy limitada y egoísta, buscando acercarnos con ese amor a las personas que son afines a él. Sin embargo, hay quienes van más allá de esto y tratan de llevarlo a cualquiera que lo necesite.

Pensamos desde lo que somos.

El pensamiento positivo no nos cambia, porque pensamos desde lo que somos. Por eso, aunque repitamos que tenemos que ser positivos, si seguimos alimentando el egoísmo, estamos tratando de combatir algo que en otro momento alimentamos. Tenemos que tomar una decisión, si queremos tener pensamientos luminosos y que ésto sea siempre así, debemos estar atentos y tomar del mundo aquello que esté en sintonía con la luz que buscamos ser.

Si alimentamos lo que es en sintonía con la luz, encontramos equilibrio en nuestro interior. Si queremos sostenernos en ese pensamiento luminoso, tenemos que tomar la decisión de seguir ese camino, haciendo  todas las cosas como corresponde, empezando a prestar más atención a que así sea y no seguir haciéndolas por inercia.

Tenemos que encontrar, conocer y respetar las leyes que nos llevan a todos ordenadamente por nuestro camino. Esto generará, más pensamientos positivos, que buscan construir, para bien de todos. Si tan sólo pensamos para nosotros y no vemos en los demás la necesidad ni pensamos qué podemos hacer para ayudar eso es egoísmo.   Podríamos llamarlo tal vez pensamiento negativo, que genera acostumbramiento.

Tenemos que cambiar y mejorar en nuestro interior todo lo que sea posible, para conseguir una estabilidad ante cualquier situación con la que nos encontremos. Esto nos ayuda a tener un pensamiento cada vez más positivo porque estamos buscando alimentar la luz y poner las cosas en evidencia primeramente en nuestra vida. Si nos engañamos y solo vemos lo que deseamos, no aceptamos ni reconocemos aquello que nos lastima observar.  Muchas veces no las queremos ver porque cuando miramos hacia ese lugar, vemos trabajo, es decir algo que hay que enfrentar y superar,  y nos cuesta encontrar la fuerza para trascender esa debilidad.

Es difícil sostener un pensamiento positivo a lo largo de nuestra vida, porque seguimos teniendo esa inercia de tantos caminos que hemos hecho para llegar fácilmente a los objetivos sin considerar las leyes. No tomamos en cuenta la compasión. No pasamos de vivir egoístamente a ser las personas más bondadosas y generosas, es paso a paso.

Cada cosa que podamos superar, que podamos trascender en las distintas situaciones y experiencias que vamos viviendo, aunque parezcan irrelevantes comparadas con todo lo que hay que hacer, son los pasos que vamos dando para acercarnos al objetivo. Cada paso nos permite ver más claro, entender mejor y vivir verdaderamente con más firmeza.

Ir llevando a la práctica lo que vamos entendiendo, seguir todo pensamiento positivo y buscar llevarlo hasta las últimas consecuencias, es decir hasta que se plasme en una obra lo que trae como mensaje, seguir ese impulso, va a crear otro camino que no estamos acostumbrados a transitar, “el camino del amor y de la compasión”.

Este artículo ha sido publicado en Relajemos.com

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