Juntos Crecer

Al matrimonio se lo puede definir como una cosa de dos, como algo que hay que llevar juntos, entre dos personas. Es muy difícil, no es para cualquiera, no debería tomarse tan a la ligera.

La mayoría de las personas no pueden estar solas, tienen la necesidad de tener a alguien al lado, en general es del sexo opuesto, porque de esa manera se sienten bien, se sienten compensadas. En parte tiene que ver con que el sexo opuesto es el que aporta aquella energía opuesta que equilibra a la propia. Pero tenemos que aprender a estar en paz dentro de nuestra propia energía con el Padre, sin tener esa dependencia física.

Si conseguimos estar en esa paz podremos tener la necesidad de formar una pareja para en conjunto marchar, pero ya no tiene nada que ver con lo sexual, ni la búsqueda del equilibrio de energías, sino que es una compañera, un compañero, con el cual llevar adelante una vida.

Es toda una experiencia para cualquier espíritu, marchar con alguien con quien amorosamente se sienta unido, llevando adelante tantas situaciones que son personales, y otras que tienen que ver con la propia pareja. Esto  puede enriquecer mucho, o como está tomado normalmente en el mundo, puede dañar.

La unión de la que hablo es porque hay un Amor que necesita compensarse con el de otra persona,  para juntos sentir la grandeza plena de ese Amor, desde lo de uno hasta lo que está en el otro, pero debemos entenderlo ambos. Si uno de la  pareja no lo entiende, será difícil, por eso es necesaria una etapa de conocimiento, que es lo que sería un noviazgo, en donde no hay que ocultarse nada.

El no ocultarse nada pasa  por sincerarse con uno mismo, por saber las cosas que tengo que cambiar y mostrarme tal cual soy. Desde ese lugar saber y reconocer que hay cosas que tengo que modificar y  tengo la disposición de hacerlo por crecer en el Amor. Buscar sobre todo sinceridad, para que la pareja tenga sentido. No ocultarse, ni callar por no ofender, por no molestar, por no dañar, ilusionados de que  se dará cuenta y cambiará. Todas estas cosas se presentan desde la confusión, el autoengaño y el engaño al otro; y con el tiempo todo esto aparecerá.

Vamos a hacer las cosas bien y a conocernos tal cual somos, sabiendo que hay cosas que tenemos  que cambiar porque no somos perfectos. Tengamos el corazón y los oídos abiertos para escuchar lo que puedan decirnos, reconociendo cuando  lo que nos dicen es justo y correcto y debemos cambiar. También la otra persona comportarse de la misma forma, para juntos crecer.

Extraído del encuentro ¨Verdades Develadas desde la Conciencia¨realizado en la ciudad de Santa Fe, Argentina.  Junio 2012 (120609 7-82)