Cuando oras con el Corazón la mente se aplaca, los pensamientos se acomodan, el ego se doblega.
Cuando oras el cuerpo descansa, las células se iluminan, la sangre se purifica.
Cuando oras el alma se eleva y el espíritu agradece ese instante de voluntad y entrega.
Cuando oras el cielo está de fiesta por que habrás entendido que orar no es para ti; que nada tomas para tu propio beneficio porque Orar es Servir.
Un colaborador