Debemos empezar a distinguir y a tomar de la vida sólo lo que necesitamos y no todo lo que queremos.
Para encontrar lo que es justo hay que saber vivir con amor la vida, llevando equilibradamente los extremos que nos impulsan. Pasamos de hacer las cosas bien, porque nos esforzamos o porque naturalmente nos surge así, a hacerlas mal o desganadamente sin poner de nosotros un poco de esfuerzo para ser justos.
Ser justos es hacer lo que nos toca, con el mayor amor posible, haciendo desde nuestra realidad el aporte que debemos. Cada uno tiene su camino, y hay muchas opciones para transitarlo. Cuando uno escucha a alguien que parece hablar con sabiduría y nos ayuda a esclarecer cosas que no teníamos ordenadas, no significa que tengamos que seguir su camino, tiene que ayudarnos a encontrar o recorrer mejor el nuestro.
La Verdad nos libera de la ignorancia; mientras uno vive ignorando, vive en un mundo de creencias, de suposiciones, de dudas, donde nada es claro. Muchas personas no valoran o no toman en cuenta su propia experiencia, lo que ven y lo que sienten claramente que pueden hacer. Están influenciadas por lo que otros dicen, pero más allá de los títulos y trayectoria que los demás puedan tener no han vivido ni pasado por la situación que estamos pasando hoy, tenemos que vivirla estando atentos y conscientes de lo que debemos hacer. Esto nos va enseñando a ser justos, debemos empezar a distinguir y a tomar de la vida sólo lo que necesitamos y no todo lo que queremos.
No tan sólo lo mío es importante, tengo que distinguir y tomar lo que necesito. Si hago esto, empiezo a tener una vida limpia y ordenada, de esta manera ingresará a la mente aquello que es afín al corazón y lo que él me impulsa a buscar. En cambio, cuando dejamos entrar en nuestra mente, en nuestra vida, cosas que nuestro espíritu no necesita, se genera en nuestro interior confusión a la hora de tomar decisiones. Son tantas las opciones u opiniones que hay sobre un tema a tratar, que ésto nos confunde y nos limita para hacer lo que tenemos que hacer. Pasamos mucho tiempo de nuestra vida tratando de averiguar qué es lo que hay que hacer, el tiempo va pasando y no lo hacemos.
Somos imagen y semejanza del Creador y Él es amor, entonces somos amor, y también somos creadores. Pero viviendo en egoísmo ¿qué vamos a crear? ¿Qué vamos a atraer? Lo que es semejante a nosotros. Si bebo, me encuentro con personas que beben, porque lo semejante se atrae. Si me dedico a poner amor, a prestar atención y a poner más conciencia, me encontraré más frecuentemente con personas afines. No puedo evitar que la vida me lleve a encontrarme con el que bebe, pero no estoy en contacto con él para beber, sino que tengo una oportunidad para ayudarle a pensar en las consecuencias que puede traer esta actitud si no la controla, si no se ordena. Lo hago con respeto y en la medida que sea posible.
Cada uno desde el lugar en el que está debe hacer su tarea.
En esta acción de aprender a tomar de la vida lo que es justo y lo que necesito, comienzo a tener salud espiritual, y al haber salud espiritual, hay salud física, porque ya no nos contaminamos tomando de la vida lo que no es nuestro, ni obramos injustamente tomando lo que es de otro.
El Padre es justo, todo está en equilibrio y no hay nada que sobre, aunque parezca que hay mucho. Tenemos que encontrar ese equilibrio. Si queremos en algún momento un mundo mejor, más amoroso y ordenado, será y se conseguirá en función de la justicia que todos los que lo integren sepan llevar adelante.
La justicia no es sólo saber tomar de la vida, sino saber aportar cada uno lo suyo, es saber qué lugar ocupo.
El Padre dice: “estoy llevando adelante una gran obra y necesito de todos mis obreros”. Nosotros somos los obreros, cada uno desde el lugar en el que está debe hacer su tarea. No podemos depender de estar en contacto con otras personas para hacer; tenemos que aprender a ser autosuficientes que no es aislarnos, sino ser responsables de lo nuestro, y cuando nos encontramos con otros es para compartir el gozo que se siente al estar haciendo lo que se debe.
No puedo expresar en palabras qué es ser justo y encasillarlo, porque es algo que vamos entendiendo todos y cada uno de a poco, en la medida en que comenzamos a hacer lo necesario.
Por ejemplo, una persona no es buena y hasta se puede considerar mala si contrata a alguien para hacer un trabajo y le promete un dinero que luego no le paga. Una persona que se considera buena no sólo le va a dar lo que le prometió, sino que le dará más. Pero una persona justa da lo que corresponde: si hizo de más, le dará más, si hizo de menos, le dará menos. Quien sabe distinguir lo que es justo, siempre está agradecido con su trabajo, sabe comprender, siente compasión y busca ayudar. No quedará con molestias o resentimientos en su interior porque no le dieron lo que esperaba, ni tratará de aprovecharse en el caso de que le dieran de más.
Hay que buscar lo justo, el equilibrio en la vida, siempre en el presente y en toda situación que nos toque llevar adelante.
Daniel Ferminades