Como espíritus, en esencia, partimos del Padre siendo el propio Amor de Dios, es decir Hijos. Como individuos debemos realizar un camino que nos conduce a tomar conciencia de esa Divinidad a través de volver a religarnos, como era en un origen, con el Todo a través del Amor; y es a través del Amor que la conciencia crece en la luz y se va elevando en vibración hacia el propio Padre.
La eternidad es en el espíritu y el cuerpo es pasajero. Es el espíritu el que tiene que tomar Conciencia de todo lo que lo rodea y de la Grandeza del Padre en todas sus expresiones, desde lo material, hacia lo espiritual. Es decir desde el mundo humano, que es la forma de expresión más densa que el Padre tiene, hacia lo esencial.
Muchas veces nos identificamos como individuos desde lo que observamos en el espejo, y si bien eso somos, es un yo, no es nuestra esencia. Esa es la forma e imagen propia de este mundo que necesita el espíritu, que no tiene forma, para tomar Conciencia de su divinidad desde la base de la Creación que es la materia.
Desde esta materia en la que estamos, debemos comenzar a entrar en contacto con nuestro prójimo, con nuestros semejantes, y con la propia Creación. Siempre que lo estemos haciendo con Amor, con el fin de ayudar a que el Amor crezca, estamos de alguna manera poniendo algo de Dios. Cuando tratamos de conectarnos con la materia para adueñarnos de ella y atesorarla, es en donde estamos utilizando nuestra vida, que la tenemos por el Creador, para obtener beneficios personales y esto nos aparta de Él.
El apartarnos, que es lo más frecuente en la humanidad, es lo que nos lleva en algún momento a padecimientos y dolor. Muchas veces ese sufrimiento nos genera la necesidad de entrar nuevamente en contacto con el Padre para que nos ayude a salir de todo esto, Él siempre ha tratado, desde su Corazón, de llegar a través del nuestro a la vida y se encuentra con una limitación que es nuestra voluntad, que nunca será superior a la suya, pero que es a la que más atención le prestamos.
La voluntad propia es la que nos lleva a querer conectarnos con lo que nuestros sentidos detectan o registran. Y lo que el Padre nos está hablando va más allá de nuestros sentidos, nos habla de un espíritu, el cual no podemos ver; nos habla de un Amor, al que nosotros limitamos en su expresión.
Debemos quitar todas las barreras que nos impiden estar conectados y ligados con el Padre, y todos estos obstáculos están dentro de nosotros, no hay nadie que pueda impedirnos llevar adelante una vida amorosa.
Extraído del encuentro ¨Verdades Develadas desde la Conciencia¨ Paraná, Entre Ríos, Argentina. Octubre 2012 (121019 1).