Donación de órganos, una nueva oportunidad.

Las personas, en su compasión, donan sus órganos pensando en la vida de otra.

Algunas personas que necesitan un órgano para poder continuar con su vida lo esperan. Otras entienden que si la naturaleza ha elegido que es el tiempo de partir no se prestan a esto, pero muchas veces sus familias presionan para que esto suceda porque no quieren verla sufrir, ni partir. Es mucho más fuerte el apego emocional y físico con una persona que el respeto que tenemos que tener por la vida. Esto no nos permite ver cuál es el paso a dar por cada uno. A nosotros nos falta la conciencia para conocer cada caso individualmente. Pero no está mal la donación, igual que la fertilización in vitro, está habilitada por el cielo. La Jerarquía habilitó y liberó este conocimiento y permitió a los científicos acceder a él.

El trasplante de órganos es resultado del avance de la ciencia habilitado por la Jerarquía Espiritual del planeta, la Hermandad Blanca. No va en contra de los designios divinos. 

El ser humano no inventa nada, todos los conocimientos se van liberando, todos completos. El todo lo tiene Dios, la Jerarquía Espiritual lo administra, trabaja en su nombre, y dependiendo de la voluntad de Dios y de la evolución de la humanidad se quitan ciertos velos en la mente de algunos científicos que les permite acceder a determinados descubrimientos. Hacen pruebas, avanzan de a poco, paso a  paso, porque no se libera el conocimiento quitando un velo, sino que un paso previo es la investigación, a veces de muchos años. Esto es así, no es mágico, porque de esa manera van conociendo lo que está por venir. Van investigando, haciendo pequeñas pruebas, llegando a conclusiones más claras de lo que les espera, para que luego lo puedan administrar de una manera más sabia.

Detrás de todo también está muchas veces el comercio. Quien se dedica a la medicina sabe que lo hace para salvar y mejorar la condición de vida de las personas, pero a la vez es complicado a la hora de tomar la decisión de vivir de lo que hace, y se va a veces a los extremos. Uno es no querer cobrar, y otro tratar de hacer lo mejor posible en donde solo importa el beneficio material, el rédito por lo que se está haciendo.

Es una situación compleja, y a esto la donación de órganos también se ha prestado en muchos lugares del mundo, ha proliferado en algunos más que en otros el hecho de quitar la vida a personas por el valor de un órgano. Hay cosas horribles,es parte de la evolución de la humanidad.

Podemos llegar a degenerar la ciencia y degenerarnos por ella. Muchos no aceptan que envejecen y quieren ocultarlo con cirugías, esos son excesos que no son buenos para el espíritu.

A la verdad tenemos que decirla y asumirla, debemos analizar con la conciencia y compasión que podamos tener atendiendo la realidad que está viviendo cada persona, sea porque  necesitamos recibir un órgano o porque estamos cerca de quien necesita analizar cómo pasar todo este proceso con el mayor amor y equilibrio posible para poder tomar la mejor decisión.

A través de la ciencia, muchos de estos casos como pueden ser la donación de sangre, trasplantes o tantos otros, el karma se puede ir equilibrando. Hay deudas, a veces a una persona a la que sus riñones ya no le funcionan necesita un trasplante. No le funcionan como corresponde porque su vida emocional no ha sido muy equilibrada y ordenada a través del tiempo -no precisamente tiene que ser en esta vida- y los riñones que tienen que filtrar todo esto se vieron afectados, disminuidos en sus capacidades de producir, de realizar los procesos que le corresponden, entonces necesita un trasplante.

Pero si ha aprendido a ordenar, si ha reconocido haber cometido reiteradas veces equivocaciones o haberse excedido en desequilibrios emocionales, en injusticias, en observaciones engañosas de la realidad por su estado emocional, si se ha redimido de alguna manera en lo que hace a aspectos más sutiles, al entender el error que ha cometido, tal vez le queda afectado el órgano, pero la ciencia la puede ayudar a seguir adelante con su vida con un órgano proveniente de otro cuerpo.

Así el karma ve que lo último que quedaba por modificarse para saldar esa deuda era el cambio del riñón, porque la otra parte a nivel conciencia ya la entendió. Todos los órganos tienen sus funciones que son importantes, y cada uno de ellos maneja o se afecta por la presencia y el paso de determinada energía. Todo esto tiene que ver con nuestras actitudes, con nuestra forma de llevar la vida adelante.