Una vez llego desde muy lejos un mago.
Montó su espectáculo que reunía todo para ilusionar, engañar…..
Mucha gente se reunió para verlo y fascinados de sus poderes, comenzaron a pedirle intercediera por las necesidades de cada uno.
Satisfecho de ir logrando su objetivo, sumó adeptos cada día.
Un sabio que vivía en el mismo pueblo advertía incansablemente
¡No toméis nada, de lo que ofrece!
¡No escuchéis nada, de lo que dice!
¡No toquéis nada, de lo que entrega!
¡No hay tal magia! ¡Todo es un engaño!
¡La verdadera Magia se encuentra en el trabajo que debéis realizar cada uno de vosotros, y esta en vuestro interior, no en el exterior y en manos de un desconocido!
Debéis entender vuestras almas, escuchar vuestros pensamientos, ordenar vuestras ideas, y realizar la Magia del cambio que es obrar en forma Milagrosa!
Escuchaban estas palabras días y noches, el sabio recorría las calles anunciando la verdad del cambio.
Nadie atendía, solo sentían la molestia que les despertaba verlo pasar, sin tregua, sin descanso, sin parar, ni para dormir ni para comer.
Todo giraba en torno al gran mago que aumentaba su fuerza y poder cada día. Que dominaba la vida de todo un pueblo y que resolviéndoles sus situaciones, los hablaba y los enloquecía, los tocaba y los paralizaba.
¡Todo era ya dirigido a su antojo! Nada era igual!
Un día el mago sintió que era ya tiempo de partir en busca de nuevas vidas para someter y nuevas riquezas para acumular.
Solo en el pueblo quedó el Sabio que inagotable seguía dando el mismo mensaje.
El mago al verlo le preguntó. – ¿A quién le hablas? ¿No ves que nadie te escucha? ¡Cállate!
– Yo no he de callar, solo obedezco una voz, y no es la tuya. Solo obedezco a la Voz del Amor. ¿Sabes tú que eres tan mago quien soy en realidad? ¿Puedes verme como yo te veo a ti y se verdaderamente quien eres?
El mago por primera vez no supo que contestar.
– Tú eres la mente, el intelecto que vive en cada uno de los hombres. Tú les haces creer una y otra vez que satisfaciendo cada una de tus necesidades, tú los complaces. A tu voz son incapaces de reaccionar porque los adulas. Vives camuflado, llegasteis vestido “de mago” pero en realidad nadie sabe si eres hombre o mujer.
La gente, el pueblo, la multitud, es la representación de los “egos” en cada uno de ellos. ¡Son tantos que muchas veces en una sola persona es una multitud de voces que se alzan hacia ti pidiéndote “quiero descanso, quiero venganza, tengo ira, quiero comer, quiero, dame, resolveme”, y tú te agrandas, te sientes cada día más importante, y complaces y das, y tomas a todos por rehén, y tu fuerza, si te lo propones, es inacabable, y tu espectáculo de magia y fantasía no falla!. Y todo es lo mismo, mente-egos, egos-mente, todos hablan el mismo idioma.
– Yo soy el Corazón, que solo me detengo si el Amor de mi Padre que habita allí me lo señala.
– No necesito descanso, porque ser Amor y ser Corazón es casi lo mismo, es anidar en el hábitat más bello, es donde el hombre tarde o temprano se mudará definitivamente, donde se es feliz aunque no se coma, donde se es feliz si no se duerme, donde la Voz suena representada en cada latido, y dice: ¡Obra el milagro! Sabes mago, el latido del Corazón es un mantram poderoso, sublime y milagroso cuando la Paz reina en el.
– Es seguro nos seguiremos viendo, cruzando por las mismas “calles”, tú me dejas a mi “Solo” y yo aunque más débil sigo advirtiendo.
– Pero recuerda…… cuando mi Voz deja de oírse, tu ya no tienes fuerza, no quedas sola, ¡desapareces! Se termina la ilusión, el engaño y los hombres dicen ¡no me abandones Señor!. Aunque en su última hora se refugian en MI.
– Sabes, creo me necesitas…. Sabes, por algo nos pusieron juntos, sabes no compitas, el engaño se termina. La Verdad es Eterna, es infinita.
Texto inédito.