En la meditación se obtiene claridad no conciencia. La conciencia se obtiene cuando uno lleva a la práctica lo que tiene claro.
La meditación debe ser las 24hs del día, no un momento en el día.
La meditación es la atención sin intención. Es atender todo lo que sucede sin intención de modificar, formar parte, o ir detrás de los acontecimientos.
Es observar y conforme a lo que observo nace en mí intención. Iré descubriendo cosas que están fuera de lugar, que tienen que cambiar. Otras que deben ser y que tengo que incentivar y multiplicar en mi vida. Pero si yo me distraigo con todo lo que pasa nunca me puedo concentrar.
¿Cómo voy a poder meditar si durante el día no hago algo para conseguir ese silencio en el momento en el que voy a meditar?
Lo que nos perturba a la hora de meditar y no nos permite concentrar y hacer silencio, es lo que está en nuestra cabeza. Al cerrar los ojos comienza como una película de las cosas que pasamos, de lo que queremos hacer, de lo que dijo otra persona. Nos distrae la mente con muchas cosas, algunas físicas, pero muchas otras no tienen que ver con el entorno, sino que las portamos nosotros en nuestro interior donde quiera que vamos. Así va a resultar lo mismo meditar en casa con todo el ruido que hay alrededor, que meditar en la montaña, porque el ruido lo llevamos dentro.