Para llegar a superar nuestros defectos primero hay que reconocer que los tenemos. Y no son uno o dos, sino que hay muchos presentes en el hombre. Todos podemos sentir ira, pero no todos la ponemos de manifiesto con la misma intensidad, y en las mismas situaciones o circunstancias. Podemos tener pereza, lujuria, vanidad, gula, avaricia y orgullo. En general todos tenemos alguna parte de estos defectos, pero se manifiestan en cada individuo en forma diferente y muchas veces asociados entre sí.
Para ir corrigiendo esto que está presente en nosotros debemos detectar cuando el impulso que nos lleva a obrar es egoísta, porque proviene de algunos de estos defectos, y justamente eso es lo que tenemos que cambiar. Es necesario entender cómo se debe obrar y obrar en consecuencia. Y la forma de obrar en beneficio para el espíritu es hacerlo en Amor, y no solamente atendiendo los intereses propios. En cada acto de nuestra vida a la hora de obrar debo hacerlo con el objetivo de servir, de que sea en beneficio de todos, no solamente por lo que se va a recibir a cambio. Todo lo que haga de bien para mi espíritu es de bien para el espíritu de todos, y todo lo que pueda hacer para el bien del espíritu de los demás también lo es para mí.
Daniel Fermiandes
Extraído del artículo ¨ El Amor es la esencia de la vida¨