La amistad y la alegría

Al buscar la alegría en la amistad tendríamos que pensar qué entendemos por alegría.

La amistad es algo que se construye

Con los amigos, en un día de descanso, tal vez la alegría puede presentarse, sentirse o entenderse en situaciones que van más allá del bien general.

La alegría de algunos puede ser tal vez beber demás con los amigos. Allí rompen sus esquemas, se desinhiben y a eso lo entienden como alegría.

Es muy común en la vida de muchas personas, el no ver que, por buscar la satisfacción personal, a veces se hacen cosas que dañan, que agreden, lastiman u ofenden a otras personas que también están buscando tener su momento y espacio de regocijo.

Tendremos que saber diferenciar la alegría originada a partir de un impulso egoísta de la que puede sentirse al incluir a los demás, para que todos nos sintamos felices.

En la medida en que la amistad va creciendo y que las personas van comprendiendo que tienen que superar sus limitaciones, sus alegrías serán cada vez más puras y duraderas a través del tiempo. Tendrán más motivos para estar felices y ser alegres. Por eso hay que ver, distinguir y saber discriminarlas.

Formando lazos con la amistad 

A medida que las personas van creciendo,tendrán más cosas en común.

La amistad es algo que se construye, no se es amigo por una cuestión de gustos, sino porque se siente el poder acercarse para compartir cosas más personales.

En esa amistad que va creciendo también debemos tratar de observar las diferencias y ayudar al otro o, al descubrirlas en nosotros, superarlas para mejorar la calidad de la amistad.

Cuantas menos diferencias haya, será mayor la felicidad que podamos llegar a tener dentro de la amistad.

En la medida en que vayamos tomando conciencia de nuestra individualidad, de que debemos seguir creciendo y no demorar nuestro crecimiento por el paso tal vez más lento que el otro va dando, nos volveremos más tolerantes, comprensivos y entenderemos más a quien lleva otro paso. En la medida en que crecemos, nos resultará más fácil entender, y entonces sabremos acompañar.

Es una alegría ayudar a crecer al otro. Y también es una alegría para uno ir quitándose de encima lastres que, con el tiempo entiende, lleva por la vida y no los había visto. Pero ahora, a partir de que los ve, de que los entiende, es una alegría sacarse ese peso de encima; y es una alegría también para ese amigo que esto no resulte ser un peso que sobre él recaía.

Un amigo comparte en las buenas y en las malas

La amistad se va a ir fortaleciendo cuando vayamos haciendo nuestro trabajo personal, interno, de auto superación, entonces no vamos a competir con ninguna persona, menos con un amigo.

El trabajo en conjunto debe ser también para ayudar al otro a crecer e ir encontrando de a poco nuestro oficio en la vida, nuestra vocación. 

Debemos tener cada vez más claridad de lo que estamos haciendo, del por qué, de    los resultados que vamos a obtener a partir de lo que emprendamos y no estar entregados al azar de probar hacer determinadas cosas para ver qué sucede, porque en definitiva, en una amistad o en el mundo en el que estoy, en muchas cosas que hago simplemente probando para ver qué sucede, no solamente no saco ningún premio, sino que llevo dolor a otros con mi accionar inconsciente.

En la medida en que vamos tomando conciencia, nuestro accionar será cada vez más acertado, más medido. Todo esto hará cada vez más fuerte, más sólida y más clara la felicidad y la alegría que he de sentir por compartir con amigos.

Daniel Ferminades

Ver mas de este tema en Daniel en ¨Aprendamos Juntos¨- Episodio 5