La fuente del rey

Un niño humilde se acerca a beber a una fuente ubicada en medio de una plaza, custodiada por los soldados del rey.

No lo dejan, y le dicen que el agua esta reservada para las personas de bien.

El niño pregunta:

 – ¿Cómo sabéis que no soy persona de bien?, solo miráis mis ropas.

Los soldados contestan:

– Orden del rey

El niño pregunta:

 – ¿Es que acaso vuestro rey no tiene ojos para ver y corazón para sentir?

Los soldados, silencio

El niño se aleja llevando su sed a cuestas.

Un niño de fulgurosos ropajes se acerca a beber a la misma fuente.

Los solados solo observan como desperdicia el agua, toma con un jarro y la vierte al piso, se moja la cara, y nadie osa decir nada.

El niño humilde observa. El niño rico se aleja despotricando

– ¿Acaso vuestro rey no tiene ojos para ver la realidad de las personas?. Solo se guía por sus apariencias.

–¿Acaso vuestro rey no tiene hijos niños para ver o comprender comportamientos.

Nada responden.

Al otro día, y otro día se repite la escena.

Los soldados buscan contarle al rey que hay  un niño que se debilita día a día por no poder beber agua.

El rey responde:

–La humildad es vergüenza. La humildad es pobreza e ignorancia. Los que desde lo alto todo vemos, comprendemos que no hay cabida en mi reino para esas personas.

Mi hijo heredará un reino de lujos, riquezas y sabios.

Dicho esto, entra en razón que tiempo hace ya  no lo ve. Pide se presente frente a él.

Sus maestros dicen no haberlo visto en días, que se negaba a recibir solo enseñanzas, que pedía salir del palacio para ver el mundo que lo rodeaba.

En ese instante, un soldado desafiando las ordenes del rey, entra con un niño agonizante en sus brazos.

El rey enfurece y pide lo dejen fuera del muro del palacio.

Con su último aliento el niño dice:

-Padre soy tu hijo. Tu soberbia y orgullo no te ha permitido jamás ver que tras estos muros las personas sufren, lloran, tienen hambre y sed.

He vestido con mis ropajes al niño pobre y él me ha dado sus andrajos.

MIRA TU SOBERBIA REY, solo juzgas por apariencia.

Jamás logras ver una obra, y todas esas personas que están fuera sostienen tus caprichos.

He de partir de este mundo dejándote una lección.

Aprende a Ver con los Ojos del Corazón

A ver las obras

Baja del Pedestal.

El se llama soberbia.