La política como reflejo de una sociedad

La política en general, se caracteriza por anunciar que puede lograr que las personas obtengan lo que desean. Generalmente se aboca más a esto que a atender, partiendo de la realidad,  lo qué se puede hacer juntos para alcanzar lo necesario.

Estas situaciones en las campañas políticas, no son casos aislados. Surgen partidos nuevos que van cobrando popularidad, por el descontento que hay con los partidos históricos. Pero estos que surgen como alternativos caen en intentar atraer votos sin hacer ninguna propuesta, al igual que los partidos que tienen más trayectoria y dinero para llegar a los medios de difusión y, a través de ellos, a la gente.

Fraccionan y dividen queriendo tener más poder, pero ellos mismos están fragmentados y atraen a pequeños porcentajes de personas. Todo ese fraccionamiento, trae cada vez, más pequeñez. Una roca que se va fraccionando, con el tiempo se hace cada vez más pequeña hasta convertirse en grano de arena, en polvo; pero eso está lejos de la unión y de estar mejor.

Quien está a cargo de una nación, de una provincia, de un pueblo, de una ciudad; por una cuestión de lógica, tendría que ser alguien que pasó conscientemente, concretamente, por vivir en carne propia lo que las personas están viviendo. Alguien que de alguna forma atravesó y pudo superar muchas de esas limitaciones que hoy alcanzan a mucha gente. Alguien que tiene soluciones, tiene respuestas y propuestas, porque viene de vivir esa experiencia.

Esto nos tiene que llevar a pensar algo tan lógico como que los políticos son representantes del pueblo, al menos de una parte. Pero aunque representen a una parte, siempre tienen que trabajar para el bien de todo el pueblo.

Por otra parte, el trabajo es algo que tiene que sentirse y llevarse adelante con el mayor amor posible para así poder dar lo mejor a través de ese trabajo. Pero como no se habla de trabajo porque parece que muchas personas se sienten mal, suele caerse en propuestas huecas y vacías. Entonces, está faltando la consciencia que hay que tener.

Fanatismos y ceguera social

A esto se agrega la complejidad de tanta gente fanatizada con determinados partidos. Al punto de que no importa que los que lideran esos partidos tengan causas pendientes que están en procesos dentro de juzgados; la gente sigue fanatizada con defender la postura de esas personas. Pero defender a personas corruptas es, de alguna manera, avalar la corrupción. Y si esa corrupción no existió, tampoco se ve comúnmente, que las personas acusadas estén haciendo un esfuerzo por demostrar su honestidad, sino, más bien se colocan a la defensiva sin dar verdaderas explicaciones y dar buen ejemplo.

La política que vemos representa a nuestro pueblo. Es decir, es el pueblo lo que vemos en esos spots, propagandas y en esas publicidades con llamamientos al voto con la promesa de que todo va a cambiar. Candidatos que expresan sus propuestas de forma poco delicada. Incluso parece verse cierta violencia en contra de aquellos políticos que ellos juzgan como delincuentes y, entonces, a través de formas violentas, se proponen ellos para cambiar las cosas. Si dependiera de una persona así poder salir de la corrupción, sería una barbaridad.

Estamos viendo la consecuencia de nuestras acciones, siempre estamos cosechando lo que sembramos. Si un político nos propusiera lo que necesitamos y no lo que deseamos; ¿sabríamos qué es lo que necesitamos?. Entonces, ¿la gente qué está viendo? Si se es ciego, si se es fanático y se vota por fanatismo;  seguiremos teniendo que padecer toda esta realidad.

Deseo o necesidad; la crisis del cambio.

Un día, habremos de alcanzar un mundo ideal, porque la evolución siempre nos conduce a superarnos. Pero durante ese camino hacia la superación, tendremos que ir pasando por crisis. Se trata de crisis de aceptación, de renunciación, de entendimiento, de esfuerzos.

Muchas crisis van llegando a nuestras vidas a medida que vamos entendiendo. Una parte de esa crisis, que es tal vez la que se prolonga más, es que todo esto va siendo entendido por algunos individuos de la multitud y esos individuos especialmente al principio, deben hacer un gran esfuerzo por enfrentar y por remontar a toda una corriente en contra. Pero a medida que se suman más individuos que van abriendo su conciencia al trabajo y al progreso, partiendo desde la realidad y desde qué podemos hacer para mejorarla, empieza a sumarse más fuerza y a buscar de nivelar de a poco la balanza. Así, de alguna forma, puede aproximarse un equilibrio que, en algún momento, llegará a la política.

Daniel Ferminades

Amor por la Radio – 11/09/21